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| El portal OPI Santa Cruz denunció que el kirchnerismo intenta desplazar al gobernador Daniel Peralta. |
La inusitada escalada de violencia verbal y mediática que
hemos recibido en las últimas horas, montando una usina de mentiras en nuestra
contra, tiene un objetivo muy claro: callarnos, sin vuelta. El problema para el
kirchnerismo es que no dependemos de ellos ni de sus secuaces y que nuestro
trabajo lo haremos de este espacio o desde la clandestinidad, pero la
información seguirá fluyendo y estas acciones viles que toman contra OPI les
volverán como un bumerang, traducida en las urnas. Paralelamente, la operación
contra Peralta se encamina hacia su sustitución final: por intervención o por
juicio político. ¿Lo lograrán?
Desde que se desató la caza de brujas, por parte del
kirchnerismo en la provincia de Santa Cruz, hemos estado muy ocupados en realizar
las presentaciones legales correspondientes y en redoblar los esfuerzos por ser
lo más claros posible, al momento de explicarle a la gente, cuál es el origen
de estos ataques, de dónde provienen, quiénes son los impulsores y hasta dónde
pretenden llegar. Esto se traduce en una baja en la “productividad” diaria,
pero estamos organizando y redactando todo el material que ayudará a despejar
dudas y a conocer la cocina de esta operación desmedida y ordinaria que tomaron
contra nosotros.
Para mal del gobierno nacional y sus operadores fallidos,
los medios nacionales creen en nosotros porque desde hace años siguen nuestro
trabajo y comparten nuestros logros periodísticos, hecho por lo cual también
les agradecemos. Pero aquí estamos y queremos decirles a nuestros lectores, que
si nos sacan de la web o si intentan borrarnos del mapa como medio, seguiremos
apareciendo, aunque sea desde la clandestinidad, pero nada van a lograr por
esta vía, sino potenciar nuestros esfuerzos, en la seguridad de que algo
estaremos haciendo bien para generar tanto malestar al oficialismo.
De acuerdo a la información que pudimos relevar a última
hora de anoche, en fuentes del Congreso y Casa de Gobierno, el objetivo es
claro, aunque poco preciso metodológicamente: destruirnos a nosotros y sembrar
las condiciones “legales” necesarias para sacar al gobernador Peralta por la
vía del juicio político o de la intervención.
Ambos mecanismos son intrínsecamente complejos.
El juicio político es un proceso que tiene por objeto el
juzgamiento de los hechos o actos del funcionario denunciado, en este caso el
Gobernador. El objetivo principal es privar al acusado del cargo y dejarlo a
disposición de los tribunales ordinarios para su juzgamiento, si corresponde.
En el proceso pueden inhabilitarlo para desempeñar cargos con sueldos en el
Estado.
Sin embargo, si peralta renunciara mientras se tramita el
juicio político y en tanto la
Legislatura no dicte sentencia, y la dimisión sea aceptada,
se cierra el proceso porque se extingue el objeto.
Recordemos que las manos, en la Legislatura
provincial, el kirchnerismo las tiene; el hecho lo demuestra la última posición
que se conocen de los diputados camporistas y de aquellos que se fueron dando
vuelta, en la administración de Peralta.
Lo que se intenta es garantizar el funcionamiento federal de
las instituciones y proteger las autonomías provinciales, en el cual se enmarca
el sistema argentino.
El avance K
El kirchnerismo, claramente está buscando sembrar algunos de
estos elementos que germinen en el campo político y sean aceptados por la
opinión pública como “natural”, tal como sucedió en el caso del gobernador Del
Val o más acá con Sergio Acevedo y Carlos Sancho, aunque en estos último casos,
los mecanismos fueron más simples porque simplemente se los presionó hasta
lograr sus renuncias.
El temor que tiene el gobierno nacional hoy es el costo
político. Este miedo hace que pretendan actuar salvajemente “ya”, en la
creencia que al alejarse de las elecciones, la gente es tonta y olvida. Pero
aquí estaremos nosotros para recordarle a la sociedad cómo se ha escrito la
historia en estos últimos años.
El ridículo argumento del espionaje a la presidenta, es uno
de los caminos que intenta fortalecer el kirchnerismo, aludiendo a cuestiones
de seguridad nacional, algo absolutamente inconsistente, toda vez que es
imposible creer que la mandataria corre peligro en Santa Cruz y que –
precisamente – su propio partido la pone en riesgo. Mucho menos adaptar la
palabra “espionaje” a un seguimiento periodístico abierto, público y a
distancia. NI hablar de los fundamentos que habría para “espiar” a CFK. Pero
recordemos que en el 2007, un enfermo mental volcó un camión frente a la casa
del (en ese momento) presidente Kirchner y nosotros haciendo un juego de
ingenio al límite de lo ridículo, dijimos en una nota que se cuidara el
Intendente Héctor Roquel (UCR) porque le iban a cargar la responsabilidad de un
“atentado”. Increiblemente, 24 horas después Aníbal Fernández salió diciendo,
precisamente, eso.
El caos, para darle sustento a una Intervención, lo quiere
proponer “naturalmente” el gobierno nacional, ahogando financieramente a la
provincia. La jugada que hace Zanini y Cia, es suspender todo envío de fondos a
Santa Cruz, para cubrir el desfinanciamiento que el propio Kirchnerismo alentó
y alimentó en 20 años y promover el atraso de los sueldos y el pago de todas
las obligaciones financieras, por parte del gobierno. Este proceso comenzó a
fines del mes de diciembre de 2011.
El kirchnerismo espera que el primer mes que Peralta no
pueda pagar los salarios, los gremios comiencen a generar presión y se
incrementen las marchas, paros y reclamos. De esta manera – especulan – sería
la propia gente quienes sacarían al gobernador de calle Alcorta y se les
facilitaría al cristinismo, la entrada legitimada a Santa Cruz, con el dinero
suficiente para compensar los pagos adeudados y calmar al sector público.
Luego, tienen pensado un reacomodamiento institucional,
copando todos los sectores del gobierno y desplazando a todo el gabinete
actual, incluyendo con fuertes denuncias sobre corrupción de funcionarios y del
propio gobernador, que les permitiría ganar tiempo y espacio para tomar medidas
drásticas que recaerán sobre la gente (especialmente el empleado público), pero
que – calculan – serán, de alguna manera, amortiguadas o “explicadas” a la
sociedad, fundamentadas en la necesidad de “recomponer” la provincia y
remitiéndose a medidas similares tomadas por Néstor Kirchner, cuando inició su
primera gobernación en los años 90.
Inmediatamente y gracias a las manos legislativas, el
gobierno nacional impondría un paquete de leyes “regulatorias” que incluirían, la Emergencia Económica ,
lo que le permitiría aplicar un enorme abanico de arbitrariedades, como la
suspensión de las paritarias, la estipulación de salarios, el recorte de
sueldos, el congelamiento de haberes y la supresión de los derechos gremiales.
También en esta avanzada pretenden hacerse cargo de la Caja de Servicios Sociales y la Caja de Previsión Social para
incautar los fondos. Inmediatamente, nuestras fuentes aseguran que se
armonizará el sistema previsional y se subsumirá la administración de la Obra social provincial, a la
competencia directa de Liliana Korenfeld, que ocupa hoy el cargo de
Superintendenta a nivel nacional.
Las fuentes aseguran que los gremios serán un objetivo a
anular, entro de las nuevas estrategias K en Santa Cruz. Llamarlos para
“consensuar” bajo los términos K o perecer en el intento, será más o menos la
consigna de una hipotética intervención provincial. No descartan que se armaría
un aparato judicial bien aceitado, para potenciar causas de dirigentes
procesados y procesar a otros, especialmente del grupo sindical más combativo,
que han mantenido con el gobierno provincial, fuertes diferencias por
cuestiones salariales con el gobernador actual.
Esto que plasmamos en los párrafos anteriores no es ciencia
ficción: en Santa Cruz bajo la mira distorsionada del krichnerismo en caída
libre. Si han sido capaces de elaborar una teoría conspirativa a partir de las
fotos que le sacamos a la presidenta cuando sube y baja del avión o cuando
ingresa o sale del Mausoleo, todo es posible en el universo K; hasta lo
ridículo.
Informe: OPI Santa
Cruz
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