Por Marcelo Ramal |
Se enfrenta la posibilidad de que esta incursión oficial en
la propiedad privada se convierta en un negociado. La estatización tiene los
trazos de un rescate, tanto económico como político. Los mismos que advierten
sobre una maniobra que buscaría desviar la atención sobre la figura del vice de
CFK y evitar como consecuencia una crisis política espectacular, reconocen que
la expropiación no modificará en nada la situación judicial de Boudou. Para ser
más precisos, el hombre tiene el agua muy cerca del cuello. La causa que se le
sigue por enriquecimiento ilícito continúa avanzando. Su cómplice en la
transferencia de Ciccone, el titular de la AFIP , ya está procesado por las maniobras
impositivas que acompañaron la llegada a la gráfica de Vanderbroele, el
sospechado testaferro de Boudou y los suyos. Meses después de que Boudou
denunciara las conspiraciones del presidente de la Bolsa en su contra, Cristina
Kirchner anunció el pago del Boden 2012 en la Bolsa , sin Boudou. El gobierno, aún con mayoría
parlamentaria, necesita evitar el pedido de un juicio político al vice.
¿Alcanzaría la “expropiación” de Ciccone para despegar al
gobierno de una inminente citación de Boudou a declaración indagatoria? En
lugar de contenerla, todo indicaría que la precipita. Es probable que el propio
Boudou incluso esté consensuando su salida. Según el periodista de Clarín que
sigue el asunto, Vanderbroele ha sido “el nexo entre el gobierno y la familia
Ciccone, que continúan siendo accionistas minoritarios” (8/8). Se convertirían
en el taparrabos legal afectado por la expropiación.
El preámbulo de la caída de Boudou se completa con los
trascendidos de otra caída en desgracia -la de Guillermo Moreno, en medio del
fracaso evidente de los controles de precios o cambiarios.
Para el gobierno, la intervención de Ciccone es un acto de
“soberanía monetaria”. Ya es muy tarde para este reconocimiento; la historia
del nacionalismo argentino, por otra parte, se ha caracterizado por el recurso
de la estatización para encubrir los fraudes. La oligarquía primero, y la
burguesía luego, nunca han pagado las consecuencias financieras de las crisis.
El monopolio estatal de la impresión de billetes no es una salida para la
inflación, como lo pretendió el presidente del Banco Central de Alemania en la
hiper de 1923, y lo pretenden ahora los pichones y no tan pichones del
kirchnerismo.
El gobierno aspiraba a que la expropiación obtuviera una
votación mayoritaria en el Congreso, en vistas de que el radicalismo había
anticipado su apoyo. Pero en las últimas horas, ese aval se habría revertido.
El gobierno marcharía a una votación solitaria que, en el caso del Senado,
podría convertirse en un juicio político no declarado contra su presidente.
El arbitraje oficial ya se había extremado frente al
derrumbe petrolero o ferroviario, con estatizaciones de carácter parcial. Esas
intervenciones han rescatado, invariablemente, a ciertas camarillas
capitalistas a costa del dinero fiscal. Pero, en este caso, la ‘estatización’
es simplemente el rescate de la propia camarilla de gobierno, en medio de una
crisis de gabinete en puertas y cuando crujen los monumentales desequilibrios
del ´modelo´. Por sobre todas las cosas, la crisis por arriba marcha al galope.
0 comments :
Publicar un comentario