jueves, 13 de octubre de 2022

Cada vez más lejos de Alberto Fernández, el kirchnerismo decide su continuidad en el Gobierno


Por Analía Argento

Martín Insaurralde felicitó a Victoria Tolosa Paz por su designación como ministra de Desarrollo Social de la Nación mientras que Andrés Larroque, del entorno más cercano a Máximo Kirchner, habló con la diputada saliente y hasta estuvo en la primera fila en el acto de jura. El malestar kirchnerista no es con ella sino con Alberto Fernández. En nombre del Presidente se contó que todos los recambios del último fin de semana, para Trabajo, Desarrollo y Mujeres y Diversidad, se hicieron sin consultar ni pedirle permiso ni avisar a la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Ese malestar lo hizo público Larroque al término de la reunión del Consejo del PJ de Buenos Aires. "No es bueno que haya trascendido que no todo el Frente haya sido consultado a la hora de tomar esas determinaciones", manifestó el ministro de Desarrollo con la Comunidad. De todos modos, varios consideraron que aunque el Presidente no la consultó eligió figuras que "no son ofensivas" para Cristina Kirchner.

Críticas y respaldo k a las nuevas ministras

Desde La Cámpora tienen diálogo con Kelly Olmos a quien definen como "compañera" y reconocen detrás de su designación como ministra de Trabajo al peronismo porteño que lidera Juan Manuel Olmos. A diferencia de la velocidad con la que la cuestionaron piqueteros y la CGT -por la falta de consulta- desde el camporismo esperan ver la gestión de Kelly. Su objetivo primario era desplazar a Claudio Moroni, el último de los "funcionarios que no funcionan" según aquella primera carta pública de la Vicepresidenta.

"El escenario es complejo en material laboral y las demandas pasan por otro lado", coinciden quienes esperan medidas para bajar la inflación y ponerle freno a los márgenes de rentabilidad de las empresas alimentarias para que mejore el poder adquisitivo de los trabajadores. Así lo pidió CFK en el último tuit que ya tiene dos semanas desde que fue escrito.

Más allá de las cuitas platenses entre Tolosa Paz y Florencia Saintout por el liderazgo local, también el camporismo mantiene buen vínculo con la nueva ministra. Ella misma se ocupó de intentar saber si Cristina Kirchner estaba de acuerdo con su designación. Consciente de que necesita respaldo político en un ministerio loteado entre distintos sectores del Frente de Todos, en un contexto de conflictividad social y a un año de la próxima elección general.

A la puntana Ayelén Mazzina la conocen más quienes militan en el feministo y en el colectivo LGBT. En el entrono K no opinan sobre su designación aunque perciben que el presidente Fernández eligió apoyarse en gobernadores con autonomía como Alberto Rodríguez Saá a quien visitó días atrás. La foto de "los Alberto" fue celebrada en San Luis, provincia que durante años no pisó ningún Presidente.

A nadie escapa que la única senadora del Frente de Todos que votó con la oposición en contra de la ampliación de la Corte Suprema -que tampoco quería el jefe de Estado- fue María Eugenia Cattalfamo que responde al gobernador. "Ideológicamente está más cerca de Cristina", dicen sin embargo en el cristinismo sobre Rodríguez Saá.

La alianza de Massa con los Kirchner

Con Sergio Massa se mantiene la convivencia a pesar de las últimas escaramuzas. El diálogo es fluido entre el ministro de Economía y los Kirchner. Las críticas al dólar de "privilegio" para el campo y contra la pobreza y la inflación son incomparables con el constante tiroteo contra Martín Guzmán.

El adelantamiento de la votación del Presupuesto 2023 y la convocatoria al Congreso del PJ de Buenos Aires recién para el 5 de noviembre expresan a las claras la "banca" que todavía tiene el ministro de Economía.

El kirchnerismo no planea dejar el Gobierno. Ni el recambio inconsulto de ministros ni la falta de diálogo de Cristina Kirchner son motivos para renuncias masivas como las posteriores a las PASO 2019 con las que en realidad buscaban presionar al Presidente y no irse ni dejar lugares clave en Anses, Afip, PAMI y segundas líneas de casi todos los ministerios.

Todavía en shock por el atentado contra la Vicepresidenta y a la espera del fallo judicial en la causa Vialidad, el kirchnerismo debate un rearmado para el 2023. En ese plan no está claro que Massa sea su próximo candidato a Presidente como muchos especulan.

Buenos Aires, refugio kirchnerista

La Provincia de Buenos Aires sería refugio para gran parte de los dirigentes K. Con la cuenta regresiva en marcha, dirigentes de peso plantean que es momento de darle mayor centralidad a Cristina Kirchner y rearmar políticamente el distrito. El rol de los intendentes amigos será fundamental.

Sin embargo el escenario, describen, es "difuso". Por eso tampoco Máximo Kirchner apuró en la reunión del martes una definición frente a la conveniencia -o no- de las PASO del próximo año. Antes, deben evaluar la situación en algunos distritos; después contar los votos en la Legislatura de la Provincia y en el Congreso de la Nación. Sin PASO nacional pero con PASO en Provincia podría perjudicarse la reelección de Axel Kicillof.

Los argumentos en contra son muchos: una Primaria beneficia a la oposición, especialmente en Juntos por el Cambio que tiene al menos cinco o seis presidenciables; funciona como una primera vuelta y deja a la general casi como una instancia de balotage que potencia la polarización. En modo mediador, Máximo Kirchner habilitó ese debate y pidió no apresurarlo pero consideró que la decisión debe tomarse este año y no el próximo ya con el cronograma en marcha.

En este marco, así como la división de la oposición es un factor que el kirchnerismo quiere alimentar, la división propia garantizaría la derrota del peronismo.

¿Alberto Fernández querrá ir por su reelección o sólo pactar su supervivencia? La pregunta es parte del análisis subterráneo del kirchnerismo que sí le teme al uso de la lapicera durante el próximo año. No lo ven como una amenaza electoral pero, dicen, "todavía tiene capacidad de daño".

© El Cronista

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