lunes, 1 de abril de 2019

Heródoto tenía razón

Por Guillermo Piro
El hallazgo de una embarcación en Thonis-Heracleion, una ciudad del antiguo Egipto situada en el delta del Nilo, viene a demostrar, 2.500 años después, que el historiador griego Heródoto de Halicarnaso tenía razón.

En el año 2000, luego de años de búsqueda, un equipo franco-egipcio de arqueólogos submarinos liderado por el francés Franck Goddio descubrió la ciudad perdida de Thonis-Heracleion, sumergida en la bahía de Abukir, en el delta del Nilo. 

Heracleion es el nombre griego de la antigua ciudad egipcia de Thonis, que fue el puerto principal del antiguo Egipto y que debió desaparecer bajo las aguas durante un terremoto que arrasó la región hace más de mil años. Thonis-Heracleion era la puerta de entrada a Egipto en el primer milenio antes de Cristo, antes de la fundación de Alejandría.

Heródoto, durante sus viajes por Egipto, había hablado de la existencia de una nave comercial particular llamada “baris” y la describió muy detalladamente. Durante siglos los estudiosos habían puesto en duda su relato, porque nunca se había encontrado una prueba de la existencia de embarcaciones como la descrita. El nuevo hallazgo, fruto de las investigaciones de Damian Robinson, director del Centro de Arqueología Marítima de la Universidad de Oxford, demuestra que la descripción de Heródoto era totalmente precisa.

Heródoto visitó Egipto en el siglo V a.C., y en el segundo de sus Nueve libros de la Historia dedicó mucho espacio a la descripción de los barcos egipcios para el transporte de mercaderías. Dijo que estaban construidos con madera de acacia, y que este árbol era cortado de tal modo que se obtenían “piezas de madera de alrededor de dos brazos de longitud”, que eran colocadas “una encima de otra, como ladrillos”. La descripción del modo en que esas embarcaciones eran construidas es demasiado precisa como para suponer que se trataba de una invención de Heródoto, pero dado que nunca había aparecido una nave de esas características los investigadores desconfiaban de sus palabras.

Heródoto se detiene en una particularidad en la construcción de esas naves, lo que él llama “costillas internas”. “Nadie entendió nunca qué quería decir con eso de ‘costillas internas’, una estructura que nunca se había visto antes”, dijo Robinson después del descubrimiento. “Ahora descubrimos que la forma de este tipo particular de nave es exactamente igual a la descrita por Heródoto”, puntualizó.

La nave descubierta, en perfecto estado de conservación, fue llamada “Nave 17”. Presenta un casco en forma de medialuna, está atravesado transversalmente por costillas de acacia de cerca de dos metros y, tal como dice Heródoto, a lo largo del eje central posee dos grandes agujeros por donde pasaba el árbol del timón, que un sujeto comandaba desde una plataforma situada más arriba.

Los primeros vestigios de la antigua ciudad de Thonis-Heracleion se localizaron a 6,5 kilómetros de la actual línea de la costa. Desde su descubrimiento hasta hoy, los buzos e investigadores examinaron 64 barcos egipcios, que datan de entre los siglos VIII y II a.C., muchos de los cuales parecen haber sido hundidos ex profeso. Las embarcaciones descansan en el barro del lecho marino y, según los investigadores, presentan un excelente estado de conservación. Se detectaron 700 tipos diferentes de anclas antiguas que representan la mayor colección náutica del mundo antiguo.

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