sábado, 4 de noviembre de 2017

Boudou: una máscara frente a todos

Por Daniel Muchnik

El apresamiento del ex vicepresidente Amado Boudou tuvo un formidable efecto psicológico por varios motivos. En primer lugar, porque hasta ayer el ex vicepresidente representaba a "el hombre impune", que participa cuando y como quiere de manifestaciones políticas; aunque lo hacía cada tanto, con barba a la moda. 

Tal era el nivel de rechazo de los que antes lo rodeaban que terminó en la periferia última de la militancia supuestamente kirchnerista: se integró a la bailanta que formalizaban D'Elía y Esteche; luego, este último, acusado de ser un espía de los servicios, se tomó la de San Diego, aunque antes fue apaleado en la calle por los suyos.

Boudou vivía en Puerto Madero, sin compañías que lo molestaran y juntando el odio de vecinos y políticos. Como si nada pasara. Como si no llevara una mochila de deudas con la sociedad que le rompía la espalda.

Hubo muchos misterios en su vida. Del DJ de pelo largo de Mar del Plata, militante de la vida nocturna, a la economía, a la vida financiera y a su inserción dentro de la administración kirchnerista, donde todo fueron elogios para él y de su parte, una inamovible verticalidad. Lo pusieron a cargo del Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), una gran caja de caudales, un agujero negro del cual nunca rindió cuentas. La Anses, el Banco Nación y el Banco Provincia fueron los grandes prestamistas de la administración Kirchner para cubrir los agujeros del déficit fiscal.

Lo interesante de su personalidad es que siempre obedeció órdenes sin chistar. Sus maniobras espurias para quedarse con la casa fábrica de dinero del Estados fueron seguidas paso a paso por el periodismo de investigación, que lo señaló, dio datos y lo investigó hasta el final. ¿Actuó solo en esa maniobra o tan sólo representó un capricho del ex presidente Kirchner, ávido de cajas fuertes, chicas o grandes? Es una pregunta todavía sin respuesta.

A Boudou el juez Ariel Lijo lo hizo detener a José María Núñez Carmona, uno de sus amigos y representantes, y citó a declaración indagatoria a su ex novia Agustina Kämpfer, que amaneció un día con un departamento nuevo a su nombre. ¿Como muestra de amor? Es posible.

Muchas son las preguntas que nadie ha podido responder en los últimos años. ¿Fue elegido como vicepresidente por Cristina Fernández por su lealtad, por su arrogancia, por su percha o por su devoción a maniobrar especulativamente? ¿Por qué él en medio de otra gran cantidad de operadores leales y de buen nivel intelectual?

Por supuesto que Boudou ha manifestado que su apresamiento es antijurídico. Para el juez la detención resulta imprescindible a fin de recuperar activos que desaparecieron entre los dedos de la mano del acusado. Por supuesto que su ingreso a la casa penitenciaria es un golpe contra Cristina, quien lo había borrado de su lista de contactos. La deja más frágil e indefensa. Expuesta a que también la encarcelen a ella. Pero en el círculo rojo imaginario que trazó el presidente Mauricio Macri y en Casa de Gobierno hay miedo de que eso ocurra por temor a convertirla en víctima. Dios dirá qué ocurrirá.

Bandolerismo y asalto al poder: esa fue la clave para quedarse con las arcas del Estado. Ese absceso ha drenado con la detención sin vueltas de las manos derechas de Julio de Vido y con el mismo ex ministro de Planificación. La sociedad dice: "Se está haciendo justicia". Por primera vez en gran parte del último siglo.

Quedan preguntas sin contestar: ¿Por qué la Justicia apuró trámites guardados demasiado tiempo para caer sobre los victimarios? ¿Esperaba el resultado de las elecciones? ¿Si el Gobierno perdía, nada de lo que estamos viendo hubiera existido? Es un tema que amerita una polémica seria: el papel de la Justicia recostada bajo el sol de la conveniencia política del momento.

© Infobae

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