domingo, 6 de septiembre de 2015

ENTREVISTAS / ABEL ALBINO

“Me duele el corazón cuando dicen que estamos mejor que Alemania porque 
saben que mienten”

Abel Albino: "Aquí no hay una mala administración, hay una pésima administración,
un país crónicamente mal administrado".
Por Micaela Pérez

Hace más de 20 años que Abel Albino lleva adelante una dura cruzada para combatir la desnutrición infantil y sus efectos en el desarrollo cognitivo de los chicos. En 1994, fundó en Mendoza CONIN Argentina, siguiendo el modelo implementado en Chile por Fernando Mönckeberg, su mentor, y logrando hasta hoy extender esa presencia a más de 50 centros en 15 provincias, además de exportar su expertise a países como Perú, Guatemala, Gambia y Mozambique.

Está claro que a este médico pediatra, con una especialización en Biología Molecular, vocación de servicio no le falta, aunque sus palabras dejan traslucir en estos días una fuerte decepción frente a la política oficial de no contar más a los pobres.

- La semana pasada se conoció el informe del Observatorio de la UCA que dice que la pobreza creció seis puntos desde 2011 entre los menores de 18 años y afecta al 40,4% de los chicos. También hay más de un 26% de niños con necesidades básicas insatisfechas. ¿Por qué estamos como estamos?
- La desnutrición es el resultado final del subdesarrollo. De nada sirve que alimentemos a un chico si lo devolvemos al ambiente hostil del que proviene, en 15 días estamos alimentándolo de vuelta. Si queremos quebrar la desnutrición, lo que debemos hacer es un abordaje integral de la problemática social que da origen al subdesarrollo: educación nutricional, educación para la salud, lactancia materna, jardín maternal, jardín infantil, estimulación temprana, escuelas de artes y oficios, programa de educación agraria, lectoescritura para analfabetos, escuela para padres, documentación y legalización de la familia, alcoholismo, inmunizaciones, agua corriente, agua caliente, luz eléctrica, cloacas... así se combate la desnutrición. ¡Una política de Estado, si no estamos paveando!

- ¿Cuál es la falla entonces tratándose de un país como éste donde recursos no faltan?
- Claro, si me dice que nacimos en un país africano, que muchos no tienen ni agua, hay hambre porque falta el elemento físico para llevarse a la boca, entonces es una tragedia. Pero en la Argentina hay una patología social diferente; aquí hay desnutrición, porque hay elementos físicos para llevarse a la boca, es un país que produce alimentos para 400 millones de habitantes y tiene territorio para producirlo para 1.500 millones. ¡Cómo no va a mantener 40! Eso evidencia la falla cultural.

- ¿Mala administración, falta de voluntad política...?
- Mala no, pésima administración, un país crónicamente mal administrado. Aquí debería haber un seleccionado nacional de inteligencia para manejar la economía, un seleccionado nacional de inteligencia para manejar la educación, no un tipo que se siente un iluminado y lo ponen en el Ministerio de Economía. Para manejar un país gigantesco como el nuestro y que está en graves problemas tenemos que hacer un seleccionado nacional. Hay talentos a patadas, sobran, pero nos organizamos para jugar a la pelota. Eso sí, si el resultado de ese juego de pelota no es el que esperábamos, le queremos cortar la cabeza al director técnico al día siguiente. Pero si el resultado de las políticas implementadas son un desastre, nadie dice nada.

- ¿Cómo le cayó que la Presidenta haya dicho en Roma ante la FAO que en la Argentina la pobreza es del 5%?
- A mí me hace llorar, porque yo hago eso y tiene una oportunidad gigantesca para sincerar lo que hay, y dicen cualquier cosa, y salen del paso y son todos vivos. Y todos queremos ser el viejo Vizcacha: "Andaba rodeado de perros porque eran todos su placer, jamás dejó de tener menos de media docena, mataba vacas ajenas para darles de comer". Eso es lo que nos gusta a nosotros, el viejo Vizcacha.

- Lo más grave es que no hay cifras oficiales de pobreza desde 2013. Eso habilita a decir cualquier cosa.
- Y si las hay, se las guardan muy bien. Yo supongo que no hay... El mismo ministro de Economía dijo "cómo vamos a contar los pobres, eso es estigmatizarlos". Y es universitario. ¿Cómo puede un universitario decir semejante estupidez? No debería ser.

- La elección de Tucumán también mostró una faceta oscura de la Argentina. Hoy los propios funcionarios admiten que existe el intercambio de comida por votos y lo justifican diciendo que es una práctica de todos los partidos. Y nadie se escandaliza.
- Un tucumano glorioso, que fue Juan Bautista Alberdi, decía: "Tenemos que combatir la pobreza y la ignorancia porque la pobreza se vende y la ignorancia se equivoca". Han pasado 150 años y no tenemos la prudencia, ni el tino ni el sentido común siquiera para hacer lo que dijeron nuestros mayores.

- Producir el cambio cultural del que hablaba al principio, ¿empieza por cambiar la mentalidad de la dirigencia política?
- Tenemos que volver a lo que debe ser la cosa. La política es la más noble de las funciones que puede llevar adelante un individuo porque es la que busca el bien común. Tenemos que volver a la búsqueda del bien común, no del bien personal.

- CONIN está prácticamente en toda Argentina. A lo largo de la década, la experiencia les viene indicando que hay un agravamiento del cuadro social, sigue igual, alguna mejoría...?
- Estamos en problemas. Cuando usted dice cada vez hay más subsidios no es para ponerse contentos, es para agarrarse la cabeza, porque quiere decir que cada vez hay más gente dependiente, gente más pobre, menos posibilidad de trabajo. Esa cantera de generación de pobres es un coto de caza del poder político. Sarmiento decía "hay que educar al soberano" y tenía razón, porque el pueblo solamente es soberano cuando es educado. El primer país del mundo que quebró el analfabetismo fue la Argentina, ése es nuestro orgullo. Antes que Francia, que Alemania, que Inglaterra, Canadá, EE.UU. o España, la Argentina, en el Cono Sur, allá abajo, cuando un hombre dijo: "Hay que hacer de la patria una gran escuela". O cuando Alberdi dijo: "Gobernar es poblar". Así se hizo el país, con el pensamiento de esos tipos brillantes que murieron todos pobres. ¿O es necesario tener plata en Suiza para ser un hombre exitoso?

- ¿La responsabilidad es sólo de los políticos?
- Tienen mucha responsabilidad, pero todos tenemos responsabilidad, nadie se ocupa, el problema es de todos y la solución está entre todos: los gobiernos, junto con las ONGs, el empresariado, las iglesias, las universidades y la comunidad, todos juntos trabajando como hermanos, la Patria está enferma.

- Se lo escucha muy decepcionado...
- Es que a uno le duele el corazón. Me duele el corazón cuando el Señor Fernández (por el jefe de Gabinete) dice que estamos mejor que Alemania, porque él sabe que miente y yo sé que miente. Ahora, ¿me miente a mí? No, le miente a los millones de argentinos que están sumergidos y que creen realmente que estamos mejor que Alemania porque nunca van a conocer Alemania porque vivirán de subsidio en subsidio. Lo que nos sacó a nosotros del atraso fue la educación. Tener la cabeza educada, ése es el valor agregado más grande que podemos darle a una persona: la educación. Pero antes de poder educarse tiene que tener cerebro y el cerebro se forma con un vaso de leche y un beso. Si no estimulo al chico, su curiosidad y su imaginación, entonces tendrá un cerebro a la mitad, aprende a sumar o a restar, nunca a multiplicar y dividir, nunca entenderá el teorema de Pitágoras y jamás irá a la universidad. Y con ese niño nos quedamos. Un país se hace con miles de niños leyendo.

- ¿Lo de Tucumán puede ser un caso bisagra? Ha dejado expuestas prácticas políticas que no se corresponden ya con el siglo XXI.
- Hay que acabar con eso, eso es del siglo XVI. Hay que terminar con estas cosas. A los políticos, dicen los ingleses, hay que cambiarlos seguido como a los pañales y por las mismas causas. (risas).

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