Por Ana Gerschenson |
Puede pasar aquí?, se lee en la pantalla de la CNN
con letras rojas, impresas sobre las imágenes del atentado terrorista que
conmocionó ayer a París y al mundo.
Nueva York, Madrid, Londres y Berlín ya han
elevado sus niveles de alerta de seguridad interior.
Los estrictos controles en las fronteras, la
exportación de guerras con aliados internacionales y el espionaje externo no
han podido detener tanto en Europa como en Estados Unidos a los grupos
terroristas activos, integrados por ciudadanos nacidos y criados en sus
territorios. Un delicado nuevo fenómeno.
El problema hoy no es sólo el extremismo musulmán
en los países árabes, con sus odios y planes contra los países
"infieles" a Mahoma. Los "vengadores" son hoy ciudadanos
del primer mundo.
La pregunta retumba en las pantallas y en la cabeza
de los funcionarios de los países con mayor número de ciudadanos creyentes en
el Islam. Y es que desde los atentados del 2001 en Nueva York, la estrategia de
los fanáticos cambió. Los grupos islamitas radicales entendieron que al
profundizarse los controles migratorios y policíacos con extranjeros de origen
árabe, debían reclutar a ciudadanos de los países que planeaban atacar. Y la
realidad muestra que lo han hecho exitosamente.
Sucedió en España, en marzo del 2004, cuando una
célula terrorista hizo estallar diez bombas en la cercanías de la terminal
ferroviaria de Atocha, causando 191 muertes y 2000 heridos.
Y un año más tarde, el 7 de julio de 2005 cuatro
atentados suicidas en el subte, en plena hora pico londinense provocaron 56
muertos y 700 heridos.
Recientemente, Obama envió 1500 soldados a Irak
para combatir al ISIS, el grupo yihadista islámico que se dedica a decapitar,
violar y secuestrar a aquellos que consideran enemigos de Mahoma.
Pero mientras Estados Unidos y Europa se concentran
en el antiterrorismo en Medio Oriente, el grupo ISIS focalizó sus esfuerzos en
el reclutamiento y entrenamiento de ciudadanos europeos, estadounidenses y
canadienses mediante una campaña online, con selfies y videojuegos
"justicieros" alegóricos.
Se calcula que al menos 500 británicos y 400
alemanes han viajado a Irak y Siria en el último año seducidos por el discurso
"romántico" del ISIS, y un tercio de ellos regresa a su país ya
entrenados. De hecho, fuentes oficiales del gobierno francés revelaron que los
tres atacantes de París, estaban demasiado entrenados militarmente en el manejo
de armamentos para haber sido sólo guiados por un fanatismo súbito.
Un informe de la policía francesa reveló hace
apenas unos meses que "dos tercios de las personas que se
autorradicalizaron vía internet no estaban fichadas por los servicios de
inteligencia".
En Estados Unidos, los analistas políticos
coinciden en que la Casa Blanca debe replantear profundamente su estrategia
antiterrorista. "Usaremos su democracia para destruir su
democracia", prometen los carteles en las manifestaciones de
jóvenes musulmanes europeos que se han manifestado en contra de la islamofobia.
Y están cumpliendo.
© EC
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