Internacionales
- Desde Adolf Hitler a los pequeños
burócratas detrás de los escritorios y en los campos de concentración nazis; o
cómo Elimar Luder Precht, el dentista de Auschwitz que elegía a qué judíos
enviar a las cámaras de gas sobre la base de las coronas de oro o de platino.
Las atrocidades de miles de criminales de guerra en los años del Tercer Reich
son, desde este momento, de público dominio.
El Museo del Holocausto de Washington adquirió y decidió
sacar del secreto el gigantesco archivo de la Comisión de la ONU sobre Crímenes
de Guerra.
Documentos que por 70 años fueron mantenidos en Top Secret
son desde ahiora accesibles en versión digital en la sala de investigación del
museo. El anuncio coincidió con las celebraciones en la ONU de la Jornada para
la Justicia Penal Internacional.
De la existencia del archivo se sabía desde hace tiempo,
pero los archivos eran difícilmente accesibles y los investigadores, para
obtenerlos, debían pasar a través de sus gobiernos de pertenencia.
Se trata de documentos muy delicados: muchos casos
examinados por los investigadores de las Naciones Unidas jamás arribaron ante
la justicia a causa de la situación política de los años de la Guerra Fría.
"Muchos culpables no fueron jamás procesados porque
eran reclutados por los gobiernos de la post-guerra, en Occidente y en la Unión
Soviética", dijo Paul Shapiro, director del Center for Advanced Holocaust
Studies del museo.
La colección incluye 500.000 microfilms digitalizados con
unos 10.000 dossier en varias lenguas europeas y asiáticas sobre individuos
identificados como criminales de guerra.
Hay grabaciones de encuentros, transcripciones de procesos y
37.000 nombres clasificados en un registro central de los criminales de guerra
o sospechosos. Algunos archivos contienen listas del personal de los campos de
concentración, entre ellos Auschwitz y Ravensbruck.
Los documentos forman parte de las pruebas sometidas por 17
Estados miembros de la Comisión en el intento por asegurar que criminales de
guerra fueron arrestados y procesados.
La Comisión fue cerrada en 1948 y sus efectos prácticos
fueron irrelevantes.
"Permitiendo que estas atrocidades sean examinadas y estudiadas
podemos al menos llevar a estos criminales responsables ante el tribunal de la
historia", dijo Shapiro. "Están todos muertos, pero lo que hicieron
no debe ser olvidado".
Informe: ANSA
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