Por Martín Risso Patrón |
aparecer cosas ocultas en lugares obvios]
El que busca, encuentra
El santafesino de Defensa, Agustín Oscar Rossi [54],
halló en un subsuelo del edificio “Cóndor”, sede de la Fuerza Aérea argentina,
bordeando los treinta años exactos de liberación de la Democracia por parte del
Pueblo, una cantidad de papeles sumamente importantes para el futuro de
la Memoria y de la Historia de la República. Y en una de esas casualidades
universales, entre esos escritos oficiales de la oscura gestión, hay “trece
actas originales de la Junta militar donde se realiza un seguimiento exhaustivo
de Papel Prensa”. Tomá mate.
Resulta que ni el Tribunal del Juicio a las Juntas de
los magistrados Torlasco, Gil Lavedra, Arslanian, Valega Aráoz, Ledesma
y D'alessio, convocado por Raúl Ricardo Alfonsín [1927-2009],
padres de la Nueva República, todos ellos, ni los sucesivos y aplicados tribunales
que entendieron en el proceso y condena a los genocidas, siquiera imaginaron
que, en un lugar tan obvio como un sótano oficial, y en moblajes emblemáticos
como lo son cajas fuertes, armarios y estanterías, existían papeles secretos de
la dictadura. Sumando 30 años de allanamiento legal a los edificios de
la burocracia militar, nadie, nadie,se percató que la médula de las
memorias atroces, estaba tan a mano. Mire Doña Clota, como para no creer.
Además, qué casualidad, en momentos en que el supremo Tribunal de la
república dictamina la legalidad constitucional de hacer polvo algunos márgenes
de la libertad de prensa sólo para poder aniquilar al enemigo histórico de los
Kirchner-Fernández, ex aliado y vocero, feliz propietario de la mayoría del capital
de Papel Prensa, capital de cuyo origen habría que escribir alguna vez la
verdadera historia... Justo en estos momentos, se ventilan actas y papeles
secretos que bien vienen para la segunda etapa de la estrategia K respecto del
multimedios. El asalto [final] sobre el verdadero objeto de deseo de tanta
confrontación de intereses particulares que rayó insanablemente la pulida
superficie del cuerpo constitucional [y al Régimen y a la Justicia no les
importó]: La posesión de dinero, del grande.
¿Será que esta aparición de papeles clave, en dependencias a las que se
supuso allanadas 30 años, viene a decorar tanto esfuerzo? Treinta años justitos
de allanamiento concreto más parecen ahora un estado de custodia permanente,
que otra cosa.
Y entonces debemos preguntarnos: Qué será de Jorge Julio López [1929],
puesto en las terribles sombras de la desaparición física el nefasto 18
de septiembre de 2006 en la ciudad de La Plata, quien había sido
desaparecido anteriormente desde el 21 de octubre de 1976 hasta el 25 de junio
de 1979 a manos de los dictadores; qué será de María de los Ángeles
Verón [más conocida como Marita Verón] desaparecida en el año 2002...
Qué será de María Cash, desaparecida en el año 2011... Y entonces
nos asaltan terroríficas dudas... ¿aparecerán cuando las circunstancias así lo
ameriten?
Mientras tanto, miles de fojas cosidas a mano como el protocolo lo
exige, y alcanzando ya la categoría de incunables, también permanecen
desaparecidas en los laberintos tribunalescos... papeles tan obvios como
contratos, cartas de amor y de las otras, recibos oficiales, facturas de
restaurantes, boletas, declaraciones testimoniales de duros testigos, cuya mera
lectura por Secretaría haría la Luz sobre los Boudou, los D’Elía, los Jaime,
los Schiavi... los tantos peones de las Fuerzas de la Reina que para el caso se
mueven en el tablero del Ajedrez con escaques todos negros; obvios papeles
desaparecidos. Ojo, que también pueden aparecer en tiempos de sequía política. Preguntar
a Boudou, por caso.
Sencillamente por una sola cosa suelen suceder estos pases truculentos
como el del mencionado Rossi, hoy especialista en el desarrollo de la industria
militar y en el despliegue territorial estratégico de las fuerzas armadas de la
República con expreso desplazamiento lejos, lo más lejos posible de las
fronteras desnudas del Norte.
Suceden sencillamente,porque el único argumento es mover el inevitable
rumbo que está tomando la realidad [retorciendo el eje de interés de nuestras
vidas simples], hoy derechamente dirigido hacia la protesta y el voto contra
tanta inflación, tanto asesinato aleve, tanta violenta vecindad, tanta
desocupación y tanta desnaturalización de la vida social, hacia el último
callejón, ese que no tiene ni tendrá salida, que es el raje definitivo, pero
eso sí, con plata, mis amigos, con mucha plata y mucha impunidad...
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