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Omar Goye, intendente de Bariloche, fue suspendido este viernes. |
En una movida que recuerda la destitución de Fernando Lugo
-aunque en ese caso el mecanismo de destitución fue mucho más sencillo-, el
kirchnerismo rionegrino logró el primer paso en su objetivo de sacarse de
encima a Omar Goye, a quien se eligió como el responsable de los saqueos del 20
de diciembre en Bariloche, que luego se replicaron en varias ciudades.
Desde las primeras horas de 2013, comenzó a deslizarse que
la propia Cristina Kirchner le había ordenado al gobernador Alberto Weretilneck
y al senador Miguel Ángel Pichetto que fuercen la salida del intendente, algo
que con el correr de los días los propios protagonistas blanquearon.
Tras la resistencia planteada por Goye, que se negó a
renunciar aún frente a la amenaza de que le cortarían todo tipo de aportes
nacionales y provinciales, el kirchnerismo activó el plan B: destituirlo.
Aunque en principio la tarea no fue tan sencilla como se preveía por la
negativa de algunos concejales, con el correr de los días se consiguieron “las
adhesiones” y en las últimas horas se aceleró la embestida.
El jueves, el bloque del Frente Grande, que responde a
Weretilneck, presentó el proyecto de revocatoria de mandato que tenía listo
desde hacía varios días, pero que mantenía en espera ante la posibilidad de que
no se llegue a los dos tercios (ocho votos) necesarios.
La sesión extraordinaria fue convocada para este viernes a
las 9 de la mañana, bajo un gran operativo de seguridad en los alrededores de
la sede del Concejo. Menos de tres horas después, los concejales votaron por 10
votos a 1 la suspensión inmediata de Goye y el inicio del proceso de
revocatoria de mandato.
El proyecto de revocatoria está basado en siete causales:
"negligencia", "irregularidad en el desempeño de
funciones", "ineptitud", "posible comisión de delito de
acción pública", "irregularidades en contrataciones",
"falta de transparencia", y "falta de aptitud para
administrar".
La suspensión de Goye da lugar a la asunción interina de la
kirchnerista María Eugenia Martini, presidenta del Concejo y con buena llegada
al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, para el que trabajó en la
ciudad patagónica. Estará en el cargo mientras se desarrolla el proceso de
revocatoria que podría extenderse más de dos meses.
A partir de ahora, el intendente tiene un plazo de diez días
para ejercer su defensa. Además, se deberán recolectar firmas equivalentes al
10% del padrón electoral (unas ocho mil) que avalen el proceso. Asimismo, se
deberá convocar a un referéndum en un plazo de 60 días.
El único voto negativo de la sesión de este viernes fue de
la concejal que representa a la Unión Cívica Radical, Elena Weleschik, quien
sostiene que se trata de una crisis interna del kirchnerismo y, además, dijo
que la rapidez del trámite "no me permitió analizar los argumentos
presentados".
El concejal del Frente para la Victoria Ramón Chiocconi
reconoció que en su bloque son concientes de que están "tomando una
decisión grave y generando un antecedente importante en el país", según el
testimonio recogido el sitio ADN Río Negro.
En tanto, Martini descartó que, como dijo Weleschik, esta
maniobra esté vinculada a la interna del FPV rionegrino y aclaró que "no
somos ni golpistas ni somos traidores". Además, acusó al entorno de Goye
de haber enviado amenazas, llamados y mensajes intimidatorios.
En tanto, Irma Haneck del bloque SUR también apuntó a la
“interna del partido de Gobierno” y cuestionó la presión que ejerció el
kirchnerismo sobre Goye con la amenaza de recortarle los aportes. En el mismo
sentido, Leandro Lescano del Frente Social del Pueblo cuestionó a Pichetto y
Weretilneck por no respetar la autonomía municipal.
"Una guerra que recién comienza"
Antes de conocerse su suspensión, Goye declaró a una radio
barilochense que esta “es una guerra que recién comienza” y adelantó que
responderá punto por punto el proyecto de revocatoria y hará algunos aportes
“de fondo”. “Lamentablemente el Concejo no está haciendo las cosas como
corresponde, no publicó el orden del día de esta sesión, no sabemos si estará
incluido el pedido de revocatoria de los 7 concejales” que realizó ayer.
Goye consideró que “mucha gente tiene ganas que desaparezca,
pero es una guerra que recién comienza y tiene muchos años todavía para
dilucidarse, el procedimiento hay que respetarlo”. Además, señaló que “hay un
apresuramiento en el proyecto que ha presentado el Concejo para el inicio de
revocatoria, porque hablan de una inmediata suspensión, cosa que no está
reglamentada y hemos hecho acciones en este sentido”.
El intendente lamentó esta situación porque “no le hace bien
a nadie, esto es la política según dicen, estoy recién ingresando a este mundo
y vine a hacer una política distinta, que creo con toda convicción que la gente
quiere, sin tanto discurso y con realizaciones concretas, es para mi modo ver
cómo está sintiendo la comunidad”.
El gobernador de Río Negro se apuró a redoblar la presión
sobre Goye y volvió a reclamarle que "renuncie" para "dejar
libre al nuevo intendente y que se convoquen elecciones". "Debería
dar en las próximas horas un gesto importante y ese gesto es la renuncia",
manifestó el mandatario provincial minutos después de terminada la sesión.
Llamativamente y pese a la más que evidente maniobra
destituyente, Weretilneck consideró que esa votación en el Concejo demostró que
"los mecanismos de la democracia funcionaron" y reiteró que
"esta jornada debería terminar con la renuncia del intendente".
Además, el mandatario le advirtió a Goye que "la tozudez es mala
consejera" y "una mayoría enorme se ha manifestado claramente".
Por su parte, el senador Pichetto coincidió en pedirle a
Goye que presente su renuncia y permita "abrir un camino rápido de
transición para que Bariloche vuelva a tener un intendente con respaldo
popular". El titular del bloque del FPV consideró que "este hecho ha
sido muy traumático, pero me parece que el gobierno municipal se ha quedado
solo. Hay que empezar de nuevo, tratar de trabajar con seriedad".
Informe: LPO
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