domingo, 28 de octubre de 2018

ELECCIONES CRUCIALES EN BRASIL

Este domingo, unos 147 millones de brasileños definen, 
en segunda vuelta, su destino: Jair Bolsonaro o 
Fernando Haddad.

Jair Bolsonaro (izq.) y Fernando Haddad disputarán este domingo, una de
las elecciones más trascendentales de los últimos años en Brasil.
Brasil – El país celebra este domingo una de las elecciones más disputadas y trascendentales en mucho tiempo. Unos 147 millones de brasileños están convocados a votar en urnas electrónicas para elegir al próximo presidente entre el ultraderechista Jair Bolsonaro, de 63 años, y el progresista Fernando Haddad, de 55 años, del Partido de los Trabajadores (PT).

El antiguo alcalde de São Paulo ha ido recortando la ventaja del exmilitar nostálgico de la dictadura en la última semana. Este sábado la diferencia ha quedado reducida a entre 10 y 8 puntos, según los últimos sondeos de Datafolha e Ibope.

La medianoche del sábado al domingo termina una campaña atípica, la más tensa, polarizada y violenta de los últimos años en Brasil. Una batalla marcada, primero, por unos jueces que cortaron en seco el intento de regresar a la presidencia del favorito original, Luiz Inácio Lula da Silva, líder del opositor Partido de los Trabajadores (PT) y encarcelado por corrupción, y, después, por el atentado contra Jair Bolsonaro, al que un desequilibrado apuñaló en un mitin “por orden de Dios”, según declaró a la policía. Los dos momentos clave en un pulso que se ha librado en el terreno de las emociones, los valores y los principios, de ninguna manera los programas políticos.

A un lado del ring, Bolsonaro; al otro, Haddad. El capitán dio la sorpresa el 7 de octubre en la primera vuelta al obtener el 46% frente al 29% de Haddad, el exministro de Educación al que Lula designó como sustituto.

En la última arenga por Facebook a sus seguidores antes de que abran las urnas Bolsonaro hizo un discurso en el que, siguiendo el guion de Donald Trump en Estados Unidos, acusó a sus críticos precisamente de lo que estos le acusan a él. De mentir y de ser unos fascistas. “Nosotros combatimos el fascismo”, proclamó el candidato que ha exhibido un discurso excluyente y ha alabado la dictadura. La campaña termina con un varapalo para el progresista Haddad, que lleva tres semanas insistiendo que esta elección es entre democracia y dictadura. Ciro Gomes, de centro-izquierda, que con el 12% quedó tercero en la primera vuelta, eludió dar su apoyo al PT: se limitó a pedir un voto “contra la intolerancia” para añadir que tiene una razón práctica, que tampoco desveló, para no dar ese paso al frente. Sí lo dio Joaquim Barbosa, el juez del Tribunal Supremo que llevó el primer gran caso de corrupción contra el PT (el Mensalão), que anunció en un tuit que votará por Haddad porque, por primera vez, un candidato presidencial le da miedo. El candidato del PT recibió hace unos días el “apoyo crítico” de la ecologista Marina Silva pero ella solo tiene un 1% de las papeletas.

Tipos duros contra intelectuales

Unos 147 millones de brasileños están convocados a votar en las urnas (electrónicas) en la cuarta democracia más poblada del mundo. Elegirán al presidente y a los gobernadores de 14 Estados (en realidad, 13 y el distrito federal de Brasilia) de los 26 Estados, incluidos algunos de los más poblados y ricos como São Paulo, Minas Gerais, Paraná, o Rio de Janeiro.

El ex militar ha logrado capitalizar el descontento con un duro discurso plagado de amenazas contra los adversarios políticos, las mujeres y las minorías. Muchos han visto en él a un tipo duro que, en su opinión, hace falta para enderezar el rumbo de este país azotado por la violencia (con un asesinato cada siete horas en 2017) y que tímidamente sale de la recesión económica.

Las tres semanas de campaña entre la primera y la segunda vuelta han estado marcadas por una supuesta campaña ilegal a favor de Bolsonaro en Whatsapp y por un viejo vídeo de uno de sus hijos donde planteaque habría que cerrar el Congreso. La fiscalía ha abierto una investigación tras las revelaciones del diario Folha S. Paulo sobre la campaña de empresarios afines al ultra y Eduardo Bolsonaro pidió disculpas por unas palabras que el Supremo ha criticado con dureza.

Haddad había logrado relanzar su campaña, recortar varios puntos la ventaja de Bolsonaro, con la incertidumbre aún de que este último empujón sea tardío. El ex alcalde de São Paulo se ha rodeado en sus últimos mítines de intelectuales, personalidades de la cultura que no necesariamente habían votado por él en la primera vuelta, pero que consideran la victoria del ex militar nostálgico de la dictadura un riesgo para el futuro de la democracia en el país.

En este clima, el pragmatismo les ha llevado a seguir vitoreando a las bases del PT, que quisieran ver en él una suerte de reencarnación de Lula da Silva, el presidente encarcelado que le designó su sucesor, pero también a aceptar tirones de oreja como el que le propinó el rapero Manu Brown en Rio el martes. El músico aseguró, ante decenas de miles de personas, que no era partidario de aquel clima festivo, en referencia al último mitin de Haddad en la ciudad carioca, porque no había nada que celebrar, sino que había que salir a buscar el voto de los indecisos y desencantados con los gobiernos del PT, en el poder 13 de los últimos 15 años.

Recogieron el guante distintos colectivos, que en los últimos días se han lanzado a la calle a captar el voto anti Bolsonaro. En el centro de Río, se podía ver el viernes y el sábado a grupos que animaban a los transeúntes a sentarse a discutir sobre el futuro del país. La intención era convencer con argumentos de que se respaldase a Haddad, no por entregar el apoyo al PT, sino para evitar el triunfo de Bolsonaro.

La noche del viernes, el ambiente festivo se propagó en una manifestación a favor del candidato de Lula por el centro de Rio, que se extendió a otros barrios, como Botafogo, donde miles de personas disfrutaban de la noche carioca luciendo emblemas y propaganda a favor de Haddad. Queda por ver si eso se traduce, finalmente, en un vuelco ingente como el que necesita el progresista para lograr la victoria final.

Última encuesta y últimos discursos

La última encuesta de Datafolha muestra a Bolsonaro con el 56% de las intenciones de voto, contra 44% de Haddad.

"Es emocionante sentir la esperanza de los brasileños. Lamento no poder estar más cerca por mi limitación médica, después de sufrir un intento de asesinato", escribió en su cuenta en Twitter, en alusión a la cuchillada que un hombre le asestó en un mitin el mes pasado.

"Recuerden que aún no se ganó nada y fuerza hasta el fin", apuntó el líder de la ultraderecha, que durante toda la campaña ha sembrado fuertes polémicas por declaraciones que hasta organismos de derechos humanos han considerado racistas, machistas u homofóbicas.

También aludió a una de sus principales propuestas, que apunta a liberar la venta de armas a civiles y promover la autodefensa frente a una delincuencia que causa cerca de 60.000 muertes cada año y es una de las mayores preocupaciones de la sociedad brasileña.

Los frutos "materiales" ganados "de forma honesta en una economía de libre iniciativa tienen nombre: propiedad privada", y "no pueden ser robados, invadidos o expropiados", así como deben ser defendidos, aseguró.

Haddad, candidato del Partido de los Trabajadores (PT) y quien el mes pasado sustituyó a Luiz Inácio Lula da Silva como abanderado una vez que este fue vetado por la justicia por estar en la cárcel por corrupción, sí se volcó a la calle y recorrió los estrechos caminos de una favela de Sao Paulo, ciudad en la que fue alcalde.

Pidió a sus seguidores "garra, energía y fe", confiado en que es posible aún remontar la cuesta de los sondeos de opinión, según los cuales obtendrá mañana un 44 % de los votos, doce puntos menos que Bolsonaro.

Haddad subrayó que "la lucha es dura", pero agregó que es "noble", porque es "por una victoria de la verdadera democracia".

El candidato del PT recibió el apoyo del ex magistrado Joaquim Barbosa, quien como miembro del Supremo dirigió de un juicio sobre el primer escándalo de corrupción en la gestión de Lula, relativo a sobornos parlamentarios, que llevó a la cárcel a importantes líderes de esa formación.

"Por primera vez, en 32 años de ejercicio del derecho al voto, un candidato me inspira miedo, y por eso votaré por Haddad", anunció Barbosa, un reconocido adversario del PT, en sus redes sociales.

"Brasil se está despertando y vamos a remontar", garantizó el abanderado del PT, quien aseguró que cada vez son más los "millones de ciudadanos que quieren evitar lo peor: la vuelta del fascismo y de la dictadura".

Según Haddad, "es muy importante que la población tome conciencia del gran salto al vacío que representa la candidatura de Bolsonaro, una persona truculenta y peligrosa".

Con todas las cartas echadas, los brasileños son esperados en las urnas para elegir entre dos candidatos que han polarizado al país como pocas veces se ha visto en su historia.

Uno, un polémico capitán de la reserva del Ejército que promete una liberación total de la economía, y el otro un intelectual de izquierdas, aunque moderado y que encarna el ideal social de Lula, el mayor líder popular del país, pero en la cárcel por corrupción.

Este domingo, en catorce de los 27 estados del país, también se elegirá en segunda vuelta a los nuevos gobernadores, que completarán el mapa político que encontrará el nuevo presidente, que asumirá el cargo el próximo 1 de enero.

Informe: El País (España), El Comercio (Perú) y Agensur.info

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