jueves, 7 de junio de 2012

Cirigliano o un régimen en prisión preventiva


Por Marcelo Ramal
Las consecuencias de la detención de Claudio Cirigliano superan a los estrados judiciales. El dueño de Cometrans fue apresado por ocultar información referida a los subsidios recibidos por TBA en todos estos años. Se trata de la gigantesca ‘caja negra’ que sirvió para urdir negocios en el exterior, acaparar líneas de colectivos y fugar divisas, mientras los ferrocarriles se caían a pedazos. Pero la información birlada también apunta al gabinete nacional, el cual facilitó esos subsidios en favor de Cirigliano, Roggio y tantos otros.

Los expedientes en cuestión quizá no hayan sido fugados por Cirigliano, porque la intervención estatal al Sarmiento se quedó con todos los archivos de la empresa. Es que esos archivos son la muestra de diez años de vaciamiento del presupuesto en favor de los privatizadores. Por esta misma cuestión -desaparición de expedientes-, el juez llamó a declarar a los dueños de Ferrovías y Metrovías, herederos de Cirigliano en el Mitre y el Sarmiento. Sospecha, por lo tanto, de que hay una fuga ‘pactada’ de información -lo que no debería sorprender, ya que son socios en la Unidad de Gestión del Ferrocarril Roca. En esa Ugofe, otras ‘carpetas’ deben dar cuenta del desvío de subsidios en favor de la burocracia sindical ferroviaria para precarizar trabajadores y contratar patotas. A medida que pasan los días, el crimen de Mariano Ferreyra, cuyo juicio aún no tiene fecha de comienzo, se enlaza implacablemente al conjunto de la crisis política.

Derrumbe de una organización social

Lo que prueban las carpetas fugadas por Cirigliano es el derrumbe de la organización social montada por el kirchnerismo. El vaciamiento del Tesoro, del Banco Central y de la Anses alimentó, por una parte, a Cirigliano y a sus socios para sacar a flote las privatizaciones menemistas. Por el otro, ‘reconstruyó’ la hipoteca de la deuda externa.

Hoy, las dos mochilas se han vuelto ilevantables. Los subsidios a las privatizadas consumirán, este año, más de 80.000 millones. Pero después de la masacre de Once, la pretensión de remplazarlos por tarifazos plantea una completa crisis política: el pueblo debería costear no una red de servicios públicos renovada o expandida, sino trenes, rutas, usinas o refinerías en ruinas. En cuanto a la deuda externa, los intereses y el capital a pagar este año s! uperan al saldo de la balanza comercial. Pero el panorama es aún más grave para los próximos años: por eso los seguros contra un ‘defol’ de Argentina no cesan de subir de precio.

Queda claro que la crisis no es ‘cambiaria’, sino que se expresa a través del órgano más sensible: la moneda. Los economistas opositores recorren la televisión convocando a ‘reducir el gasto’. Naturalmente, no se refieren a la carga de la deuda externa o a los subsidios a los capitalistas, sino a reforzar el cepo contra los salarios y a liberar tarifas. Con voz calma, disimulan una declaración de guerra contra la clase obrera -la cual, de todos modos, no son ellos quienes deberían ejecutarla.

Crisis de gabinete

El gobierno, ¿está muy lejos de esa orientación? El representante de La Cámpora en el gabinete, Axel Kicillof, salió al cruce de los rumores de pesificación. El apartamiento de De Vido de la nueva YPF y la prisión de Cirigliano podrían estar anunciando una crisis de gabinete.


© Prensa Obrera

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